Mediación familiar
Para la resolución del conflicto, durante el proceso mediador se pretende que las partes implicadas afronten de manera compartida la búsqueda de soluciones consensuadas. Para llevar a cabo la mediación es necesario tener en cuenta las diferentes fases en las que se desarrolla.
La etapa inicial es la fase de previa a la mediación. En esta, se exponen las causas que han motivado el inicio del proceso. A continuación, se concretan de manera oficial los compromisos que las personas usuarias van a adquirir. Se elaborará, también una entrevista inicial con el objetivo de profundizar y verificar de manera detallada las cuestiones que han llevado a cada una de las partes a la situación de conflicto.
La segunda etapa del procedimiento es la fase de negociación. En esta, se establecerán de manera concisa los puntos de conflicto y de acuerdo. De forma, se tratará de que las partes establezcan una vía de diálogo fluida y sólida. Esto les permitirá llegar a una solución de manera consensuada.

Caracteristicas de la mediación familiar
La mediación familiar se identifica por tener un carácter voluntario. Es decir, todas las partes involucradas deben acudir de manera libre.
Las partes involucradas tienen un papel protagonista en el proceso y son las encargadas de llegar a una solución.
Durante el procedimiento se tienen en cuenta las emociones implicadas. Pero la persona mediadora no intervendrá en ese ámbito, siendo derivados a otra persona especialista si fuera necesario.
Todas las partes ganan. Ya que la solución es pactada por las partes, y por lo tanto, beneficiosa.
Este proceso es confidencial. Por lo que las personas deben comprometerse a mantener la privacidad del contenido tratado en las sesiones.
La mediación familiar tiene ciertas ventajas frente a los litigios judiciales. En los que no se favorece el entendimiento entre las personas, sino que desde un juzgado se dicta una sentencia considerada adecuada por una persona ajena al problema y el contexto en el que se desarrolla. Algunas de las virtudes de la mediación son que trata de proteger las relaciones para que no sufran un deterioro mayor. Abre vías de diálogo donde se toma conciencia de las diferentes posiciones. Se consideran las necesidades de todas las personas. Los acuerdos conseguidos son más estables debido a que las decisiones tomadas son propias.
Por último, no podemos obviar la necesidad de reflexionar sobre los problemas de la convivencia y las relaciones. Para que éstos no sean considerados como un lastre sino como una oportunidad de crecimiento. Cuando surge una dificultad es el momento adecuado para repensarnos, y sembrar la semilla de relaciones más sanas funcionales.